Datos sobre la dieta y el cáncer
NATALIE SHEMESH | DIETISTA REGISTRADA
La Organización Mundial de la Salud ha declarado que las carnes procesadas (entre las que se incluyen el jamón, el beicon, el salchichón y las salchichas) son cancerígenas. También se debe tener en cuenta que una dieta vegana equilibrada constituye una excelente estrategia para prevenir el cáncer de colon, así como el cáncer de otros tipos.
1. Las carnes procesadas son definitivamente cancerígenas:
En octubre de 2015, la Organización Mundial de la Salud clasificó las carnes procesadas (entre las que se incluyen el jamón, la pancetta/tocino, el salchichón/salami y las salchichas) como un carcinógeno del Grupo 1 (el mismo grupo de los cigarrillos y el amianto) y la carne roja como un carcinógeno del Grupo 2A (el mismo grupo de los pesticidas y los escapes de diésel). Esta clasificación se basa en 800 estudios y numerosos expertos han estimado que, con cada 50 g de carne procesada consumida al día, el riesgo de padecer cáncer de colon aumenta en un 18 %.
2. Sustancias cancerígenas en el pollo:
El pollo contiene varias sustancias que podrían ser cancerígenas. En primer lugar, la proteína de origen animal, cuando se chamusca a altas temperaturas - ya sea en barbacoas, a la parrilla o frita en la sartén - se convierte en un carcinógeno bastante peligroso (uno de los mismos carcinógenos que se encuentran en los cigarrillos). En este aspecto, la pechuga de pollo sin piel es incluso más peligrosa que la pechuga de pollo con piel (no obstante, las grasas saturadas de la piel también hacen bastante daño). Además, la carne de pollo suele estar contaminada con varios carcinógenos, como cadmio o dioxinas. Se necesitan más estudios para determinar la correlación entre el consumo de pollo y el cáncer, pero hay algo que sabemos seguro: no nos va a proteger de la enfermedad.
3. Los productos lácteos pueden causar cáncer de próstata:
La leche está correlacionada con un aumento del riesgo de padecer cáncer de próstata y morir a causa de esta enfermedad. En una investigación realizada en decenas de miles de doctores en la Harvard School of Public Health, se halló un vínculo directo entre el consumo de productos lácteos y el cáncer de próstata fatal (especialmente la leche entera) y variaciones de la enfermedad menos fatales (especialmente la leche desnatada). Los investigadores estiman que las causas de esto son cantidades excesivas de calcio, factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1), ácido fítico y fosfatos (todo ello relacionado con un aumento del riesgo de padecer cáncer de próstata).
4. Fibra contra el cáncer:
¿Qué puede protegernos del cáncer? En primer lugar, el consumo de fibra. En un estudio realizado en más de medio millón de hombres y mujeres de toda Europa, se halló que un consumo elevado de fibra (habitual en una dieta vegana saludable) reducía el riesgo de muerte a causa del cáncer.
5. Los antioxidantes son la vacuna natural contra el cáncer:
Otro alimento anticancerígeno son los antioxidantes, que se encuentran en mayores cantidades en los alimentos vegetales (en comparación con los productos de origen animal). Los antioxidantes pueden desacelerar y prevenir los procesos cancerígenos en nuestro cuerpo. Los alimentos vegetales contienen de media 100 veces más antioxidantes que los productos de origen animal, según numerosos estudios realizados en miles de alimentos vegetales y de origen animal.
6. La soja combate el cáncer de mama:
“Hay cada vez más pruebas de que al consumir alimentos tradicionales a base de soja, como el tofu, es posible reducir el riesgo de padecer cáncer de mama, de próstata o de endometrio (revestimiento del útero) y hay ciertas evidencias que indican que esto también podría reducir el riesgo de padecer otros tipos determinados de cáncer. Esto puede deberse a que las isoflavonas realmente pueden bloquear los estrógenos naturales más potentes en la sangre”. (American Cancer Society)